El acoso a periodistas en Cataluña hace que España pierda puestos en el ranking de libertad de prensa

Reporteros Sin Fronteras (RSF) acaba de publicar la nueva edición de su clasificación mundial de libertad de prensa en la que España pierde posiciones, ya que "los últimos meses de 2017 han sido especialmente oscuros para la libertad de prensa en Cataluña", según han señalado desde la organización, que ha explicado que "el clima de tensión ha durado meses. Un gran número de periodistas de medios no independentistas han sufrido linchamientos en las redes sociales sociales, a veces impulsados por responsables de prensa del gobierno catalán".

RSF, que publica este ranking cada año, se muestra muy duro con la crisis catalana y recuerda que "varios periodistas fueron agredidos físicamente durante la cobertura del referéndum y otros fueron intimidades en su trabajo por la policía", para añdir que "las multitudes furiosas han obstaculizado el trabajo de reporteros de todos los canales nacionales y catalanes mientras cubrían las manifestaciones a favor o en contra de la independencia".

Desde 2002, la clasificación evalúa un total de 180 países de todo el mundo. Por segundo año consecutivo, Noruega encabeza el ranking con Suecia en la segunda posición. El top ten lo completan Países Bajos, Finlandia, Suiza, Jamaica, Bélgica, Nueva Zelanda, Dinamarca y Costa Rica.

En la parte baja de la tabla, Corea del Norte revalida la última posición como el país con menor libertad de prensa de todos los analizados; mientras que otros países que se sitúan a la cola de la clasificación son Eritrea, Turkmenistán, Siria, China o Vietnam.

Cuenta El Confidencial que el estudio también alerta de que "cada vez más jefes de Estado elegidos de forma democrática ven a la prensa, no ya como uno de los pilares fundamentales de la democracia, sino como un adversario frente al cual muestran abiertamente su aversión", y ponen como ejemplo el caso del presidente norteamericano Donald Trump, que califica a los periodistas como "enemigos del pueblo", una expresión que según recuerda RSF ya la usaba Stalin.

Estas manifestaciones de odio contra los periodistas constituyen una de las peores amenazas para las democracias”, ha indicado Christophe Deloire, Secretario General de RSF, quien ha detallado que “los dirigentes políticos que propician que se deteste al periodismo son responsables de que se cuestione la existencia de un debate público basado en una apreciación plural de los hechos y favorecen el advenimiento de una sociedad de la propaganda. Cuestionar hoy la legitimidad del periodismo es jugar con fuego”.

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