La Secretaría de Estado de Comunicación está acometiendo un proceso de reorganización que reduce su estructura para adaptarse a las nuevas necesidades planteadas por Óscar López, el nuevo Jefe de Gabinete del presidente del Gobierno, y distanciarse así de la "megaestructura" que en su día creó su antecesor, Iván Redondo.
De esta manera, se elimina una de las cinco áreas que había creado en su día Miguel Ángel Oliver, y permanecen cuatro departamentos: información nacional, información internacional, información autonómica y departamento digital. Se elimina pues el departamento de información económica, que pasa a ser asumido por el responsable de información nacional, que seguirá siendo Miguel Ángel Marfull.
Además, se suprimen el departamento de asuntos nacionales, con el que se eliminan en cascada seis unidades que actuaban por debajo; además del departamento de asuntos políticos, con tres unidades por debajo; pero a cambio se crea un Departamento de Políticas Públicas con cinco unidades de trabajo por debajo. Estas unidades tendrán rango de subdirección general, pero no tienen la consideración de alto cargo.
Estos cambios se suman a los acontecidos en el Gabinete de Presidencia del Gobierno, que en total supone que respecto a la estructura anterior hay tres direcciones generales menos, y en cascada, se reducen por debajo dos subdirecciones generales, tres departamentos y dos unidades. Hasta ahora había 26 altos cargos: dos secretarios de Estado, cinco subsecretarios de Estado y 19 directores generales. Ahora la reducción se concentra en que se baja a 16 directores generales. López, Vallès y Aguirre eliminan uno cada uno respecto a sus antecesores.
Entre las cosas que se mantienen, destaca que, aunque por prevalencia la Secretaría de Estado de Comunicación, que ocupa Francesc Vallés, no puede articularse en dependencia directa del director de Gabinete, porque tienen el mismo rango, pero de facto es así. Además, se mantiene un comité de dirección de la presidencia del Gobierno que dirige López, y en el que se insertará Vallés, que mantiene al director de gabinete como referente principal de la presidencia del Gobierno.
