Telefónica ha iniciado estos días una fuerte campaña institucional en prensa, impulsada e ideada por la nueva directora de la Unidad de Marketing Global, Belén Amatriain. Se trata de una campaña que llega avalada por una serie de cifras que van desde los 252 millones de clientes en todo el mundo, hasta la presencia en 25 países, pasando por más de 250.000 empleados, 1,5 millones de accionistas, la tercera empresa de telecomunicaciones del mundo, la cuarta compañía europea, la 30ª del mundo, o casi 105.000 millones de dólares de capitalización bursátil.
Y si todas esas espectaculares cifras pudieran parecer pocas, un último dato: 3.000 días de gestión de su presidente, César Alierta, de quien nadie duda que ha ido encadenando un acierto con otro desde que llegó a la compañía en el año 2000.
La consolidación de Telefónica en estos casi nueve años se explica por una acertada gestión en el día a día y por haber dado en el clavo en las grandes decisiones; quizá la más arriesgada de ellas, la compra del operador británico O2, en el otoño de 2005.
Asombra comparar a la Telefónica del año 2000 con la de hoy. Y qué mejor manera de compartir esa razonable satisfacción que contarlo a toda página en los periódicos.
