Según cuenta El Mundo, la crisis económica, además de provocar que se subrayen factores materiales como el precio y las ofertas, ha potenciado que las marcas apelen a su instintos más básicos, como sacar a relucir las deventajas de los productos de la competencia.
Cuando la situación financiera aprieta, las técnicas publicitarias se vuelven más agresivas, así que las marcas dan nombres de los rivales y, después, critican. "Es muy táctico, muy a corto plazo, pero los anunciantes de ahora mismo están pensando a corto plazo", ha explicado David Melançon, presidente de la consultora de identidad de marca Ito Partnership.
La técnica tiene una denominación: publicidad comparativa, es decir, "ensuciar" la imagen del competidor y salir beneficiado en la comparación.
Los casos abundan: Apple se burla de los sistemas operativos de Microsoft; la cadena Fox de una de las estrellas de la CNBC; Burger King menciona a McDonald's y Wendy's...
El responsable de Ito Partnership acota esta tendencia: "Si defino mi imagen de marca a través de la imagen de marca de mi competidor, lo ideal es que saque información de mi marca al mismo tiempo".
No suponen una novedad, pero las campañas comparativas han crecido con mucha fuerza em los últimos tiempos. En la mayoría de las legislaciones publicitarias del mundo sólo hay una condición: que las cifras no engañen.