El Centro Universitario Villanueva celebra sus XI Jornadas de Periodismo

dircom villanuevaAcaban de celebrarse las XI Jornadas de Periodismo organizadas por el Centro Universitario Villanueva, que en esta edición han estado centradas en la figura del dircom, por lo que directores de comunicación de varias empresas han acudido a mostrar las ventajas y desventajas de esta salida profesional.

Entre los invitados a las jornadas estuvieron los directores de comunicación de Iberdrola, RTVE y UPyD o el ex-dircom de Coca Cola España, Carlos Chaguaceda.

Sebastián Cebrián, director general de la Asociación de Directivos de Comunicación ha participado en la jornada, donde ha manifestado la necesidad de que este colectivo se convierta en profesionales multidisciplinares ante escenarios cada vez más exigentes.

La función de los dircom en las organizaciones modernas fue el título de la conferencia inaugural de Cebrián, en la que abordó el perfil competencial que caracteriza al dircom del siglo XXI y los retos y desafíos que debe afrontar en la era de la convergencia digital.

Cebrián se refirió al nuevo entorno digital como, no solo una herramienta de acción para los dircoms, sino una nueva dimensión de trabajo integrada en la estrategia de negocio de las organizaciones; o lo que es lo mismo, un nuevo espacio de diálogo en el que deben valorarse las relaciones construidas por encima de los resultados de facturación.

Manuel Ventero, director de Comunicación de RTVE, ha defendido por su parte que todas las áreas de comunicación trabajan dentro y fuera para mejorar la imagen, la reputación y el sentimiento de pertenencia; y dejó claro que cuando las cosas van bien, la comunicación comparte los logros y cuando surge algún problema la comunicación actúa de cortafuegos.

El ex dircom de Coca-Cola explicó cómo en su antigua casa se hacían las cosas para ser una marca asociada a la felicidad. La clave de la comunicación en las empresas es, para él, la credibilidad. Chaguaceda contó la moraleja de un cuento en la que un predicador decía que lo importante no era ser creyente, ante el público al que engañaba, sino ser creíble. “La credibilidad depende de que tu seas capaz de ganarte a los demás diciendo la verdad”, afirmó a  la vez que añadía que no se trata de una cuestión de simpatía, sino de que se diga la verdad.

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