La periodista mexicana Alma Guillermoprieto ha sido galardonada con el premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades en reconocimiento a sus 40 años de crónicas y libros sobre política y cultura iberoamericana para lectores angloparlantes.

Alma Guillermoprieto se impuso en las últimas votaciones del jurado a otras dos reporteras americanas y, con su elección, se ha convertido en la tercera mujer que consigue este galardón en sus 38 ediciones, después de que la fotógrafa Annie Leibovitz lo obtuviese en 2013 y la filósofa María Zambrano, en 1981.

La historia de esta periodista es la de una bailarina que un día se dio cuenta que no sería una grande en esa disciplina, a pesar de que tras marchar junto a su madre a Nueva York, siendo una adolescente, llegó a trabajar con grandes maestros de la danza. Sin embargo, un día aceptó que su carrera como bailarina no iba a dar para más y puso rumbo a La Habana para ser profesora de baile.

Conoció desde dentro la revolución de Fidel Castro y fue lo que sembró la semilla para años más tarde, en los 70, convertirse en periodista, una profesión con la que cubrió para el diario The Guardian la insurrección nicaragüense como free lance. Más tarde llegó el Washington Post, en el que reveló la masacre del Mozote en El Salvador al pie del conflicto, viviendo el conjunto de masacres contra la población civil cometidos por el batallón Atlácatl.

Guillermoprieto es un testigo directo y una transmisora de la historia de Latinoamérica durante más de 30 años. De esta manera, fue nombrada jefa para América del Sur de la prestigiosa revista Newsweek para más tarde adentrarse en la escritura de reportajes extensos para The New Yorker y The New York Review of Books.

En los años 90  escribió piezas sobresalientes sobre la Guerra Civil colombiana, Sendero Luminoso, las secuelas de la guerra sucia en Argentina y Nicaragüa post sandinista.

Cuenta el diario El Mundo que su periodismo consiguió transmitir el laberinto que supone la realidad latinoamericana, y fueron estos reportajes los que transformó en un libro titulado Al pie del volcán te escribo, considerado un retrato clásico de la política y la cultura de América Latina durante "la década perdida".

En 1995, a petición de Gabriel García Márquez, impartió el taller inaugural en la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano, y desde entonces ha realizado varios talleres para periodistas jóvenes en todo el continente.