La Asociación Méxicana de Editores de Diarios (AME) ha reclamado una legislación nacional para los delitos contra los periodistas y el endurecimiento de las penas en un país considerado como el más peligroso de América para ejercer esa profesión.Durante su XXIV Asamblea Anual, celebrada en la ciudad de Veracruz, la asociación de editores, que agrupa a un centenar de diarios mexicanos, suscribió la "Declaración de Veracruz", en la que exigieron a las autoridades que eviten la muerte de los periodistas en el ejercicio de su labor.
"Ni un muerto más", reclamaron en la declaración oficial tras analizar durante dos días en el seminario "Los periódicos del futuro", los problemas de seguridad que enfrenta la profesión en México, los avances en Internet o los contenidos de las agencias informativas, entre otros aspectos.
Según el director ejecutivo de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Julio Muñoz, invitado a la asamblea, un total de 76 informadores mexicanos han sido asesinados desde 1987 por el ejercicio de su profesión. Se trata de cifras de la organización Periodistas Sin Fronteras que señalan que 38 han muerto y ocho más han desaparecido desde 2000 durante su labor profesional en México.
Los dueños de diarios exigieron a la Cámara de Diputados mexicana que apruebe una legislación federal para castigar los delitos contra los periodistas.
En la declaración de Veracruz se afirma que la inseguridad es un "flagelo" para la prensa, que se encuentra ante dos fuegos. "Por un lado, nuestro compromiso a informar con veracidad y prontitud y por el otro las amenazas, algunas veces veladas y otras muy directas, del crimen organizado y otras formas de presión de otras entidades, que quieren obligarnos a callar", aseguraron los editores en el escrito.
El documento renueva el compromiso de la prensa escrita con México, con sus libertades, con la veracidad y con el progreso del país. Además, tras varios debates, los propietarios de los diarios mexicanos concluyeron que los medios electrónicos e Internet "no son una competencia sino un complemento y una oportunidad", si bien advirtieron de que los periódicos deben modernizarse para enfrentar la nueva situación.
Ante el futuro de la profesión, los editores se comprometieron a "no caer en el pesimismo y luchar de manera inteligente, con ideas claras, novedosas, atractivas, pero serias".
