Alertan sobre la influencia de los intereses privados en las redacciones

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Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha publicado la edición 2016 de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, que muestra la evolución global del clima de miedo generalizado y de tensiones, que se suma a una creciente influencia de los Estados y de los intereses privados en las redacciones.

Esta lista, una referencia en todo el mundo, muestra las posiciones que ocupan 180 países según el margen de acción de sus periodistas. Al observar los índices regionales, encontramos que Europa (19,8 puntos) sigue siendo la zona en la que los medios de comunicación cuentan con mayor libertad, seguida –a gran distancia– por África (36,9)- con excepción del Norte- que, hecho inédito, pasa por delante de América (37,1), debido a que América Latina se encuentra sumergida en una creciente violencia contra los periodistas.

Siguen las zonas de Asia (43,8), Europa del Este y Asia Central (48,4). Al final se encuentra Oriente Medio y el Norte de África (50,8), que sigue siendo la región del mundo donde los periodistas enfrentan más vicisitudes y de todo tipo.

Tres países del Norte de Europa se sitúan a la cabeza de la Clasificación: Finlandia (en primer lugar desde 2010), los Países Bajos (2º, que gana 2 posiciones) y Noruega (3º, que baja un puesto).

España baja una posición respecto de 2015 y ocupa en 2016 el puesto 34, un descenso leve si se tiene en cuenta que durante el año pasado se dieron cambios legislativos ampliamente denunciados por la Sección Española de RSF, que los consideró un revés para las libertades: la Ley de Seguridad Ciudadana o “Ley Mordaza”, la modificación de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, y la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial, que amparaba la justicia universal.

Que la posición de España sólo haya bajado un escalón en la tabla se explica, entre otras causas, por el deterioro general de la libertad de prensa en todo el mundo, que afecta también a los países que ocupan las primeras posiciones.

La Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, que RSF publica cada año desde 2002, es una referencia esencial, basada en el principio de emulación entre Estados. Su prestigio le ha permitido adquirir una influencia cada vez mayor ante los medios de comunicación, las autoridades públicas de los Estados y las organizaciones internacionales.

La Clasificación se sustenta en una evaluación de la situación de la libertad de prensa, basada en la valoración del pluralismo, de la independencia de los medios de comunicación, de la calidad del marco legal y de la seguridad de los periodistas en 180 países.

Se elabora mediante un cuestionario traducido a veinte lenguas y enviado a expertos de todo el mundo. A este análisis cualitativo se suma un registro cuantitativo de las agresiones contra periodistas en el periodo estudiado.

La Clasificación no es un indicador de la calidad de la producción periodística ni un palmarés de las políticas públicas, ni siquiera cuando los gobiernos tienen una gran responsabilidad en la situación.

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