
Una de sus primeras promesas fue liderar con transparencia, sin embargo, ya se han producido las primeras tensiones con los medios, a pesar de que estos han sido acusados durante la campaña electoral de ser demasiado pro Obama... El caso es que parecen haber tenido un difícil comienzo con la nueva administración, a juzgar por lo que se puede leer en diarios, revistas e internet, y de lo que comentan los periodistas en los pasillos.
Titulares como "La prensa contra Obama" o "Las relaciones con la prensa ya están tensas" encabezan estos días los comentarios periodísticos sobre su primera experiencia con el nuevo Gobierno, del que esperaban más apertura y transparencia.
Parece que todo comenzó el primer día de trabajo del presidente en el Despacho Oval. En lugar de invitar a los fotógrafos para que sacaran imágenes de ese momento como manda la tradición, la Casa Blanca prefirió dejar en manos de sus propios profesionales la tarea. No previeron que los medios se fueran a molestar tanto como para que las agencias Associated Press (AP), Reuters y Agence France Presse (AFP) se negaran a difundir las fotografías.
Cuando Obama repitió su juramento ese mismo día, de nuevo solamente el fotógrafo oficial de la Casa Blanca dio cuenta en solitario del momento, lo que provocó un malestar que enseguida se trasladó a la sala de prensa, donde el portavoz de Obama, Robert Gibbs, tuvo que responder a preguntas incómodas de periodistas veteranos que mostraron su enfado.
Las cosas no mejoraron cuando por la tarde, cuando el propio presidente visitó la sala de prensa y los periodistas le preguntaron por el próximo subsecretario de Defensa, que trabajó como lobysta para una empresa contratista del Pentágono. "No puedo venir aquí y saludaros si me freís siempre con preguntas", señaló Obama, lo que no gustó demasiado a los comunicadores presentes.
La segunda rueda de prensa no fue mejor que la primera para Gibbs. El nuevo secretario de Prensa fue preguntado por el ataque aéreo con misiles lanzado aparentemente por EEUU en Pakistán, pero Gibbs, para sorpresa de todos, dijo: "no voy a comentar estas cosas".
Otro incidente ocurrió el viernes cuando la prensa que cubre el Departamento de Estado se quejó de la imposición de ciertas restricciones a sus movimientos, que consideraron más duras incluso que las que tienen sus colegas en el Pentágono.
En resumen, que el "idilio" que suele tener la prensa con un nuevo Gobierno durante los primeros días, semanas o incluso meses, está brillando por su ausencia en este caso... Veremos si Obama es capaz de rectificar...