
Se celebra estos días en Edimburgo el Congreso Mundial y la 55ª Asamblea General del Instituto Internacional de Prensa (IPI), que ha analizado en profundidad la situación del continente africano y los avances logrados en este último año; en el transcurso del cual, la vicepresidenta de Sudáfrica, Phumzile Mlambo-Ngcuka, ha afirmado ante 300 delegados llegados desde 56 países que "los medios de comunicación juegan un papel crucial para que África pueda mejorar su situación".
Sin ocultar los gravísimos problemas que sufre Africa, Mlambo-Ngcuka pronunció un discurso optimista, en el que relató iniciativas concretas que han servido para lograr mejoras, tanto en el campo del desarrollo económico como en el buen gobierno y en el avance en la democratización del continente.
La dirigente sudafricana pidió a los periodistas, tanto a los que trabajan para medios africanos como a los corresponsales enviados desde otros continentes, que no se fijen sólo en las tragedias y los aspectos negativos, afirmando que "las noticias de Africa son buenas pero, como todo buen guión, también incluye tragedias, hechos tristes y finales felices, humor y diversión, si se analiza la realidad con detalle".
En la reunión se analizó también cómo pequeños países o regiones -como Escocia, donde se celebra la Asamblea- afrontan su política informativa, en una sesión titulada "Pequeñas voces en un Mundo Grande", así como otra llamada "Muriendo para contar una historia", en las que se informó sobre el peligro que corren los periodistas en el desempeño de su profesión.
Por su parte, Rodney Pinder, que dirige el Instituto Internacional de Seguridad Informativa (INSI), situado en Bruselas, señaló que las medidas de seguridad llegan tarde para los muchos periodistas asesinados en los últimos años, solo un día antes de que dos profesionales de la comunicación norteamericanos de la CBS fueran asesinados en Irak. Pinder señaló que América Latina es uno de los lugares mas peligros de la tierra para los periodistas, junto con Filipinas e Irak; y destacó que sólo el 10% de los asesinos de periodistas son llevados ante la justicia.