Madrid acogió la Conferencia Anual de Corporate Excellence 2025, que bajo el título “Inteligencia Artificial y Reputación Corporativa”, congregó a directivos, responsables de comunicación y especialistas en tecnología para analizar cómo la IA está transformando las estrategias de reputación en las organizaciones y cuáles son los nuevos retos éticos y operativos a los que se enfrentan las empresas.
La jornada arrancó con una ponencia inaugural que abordó el vertiginoso avance de la inteligencia artificial y su influencia directa en la percepción pública de las marcas. Los expertos coincidieron en que la IA ya no es solo una herramienta de automatización, sino una aliada estratégica capaz de anticipar riesgos reputacionales, gestionar crisis en tiempo real y personalizar la comunicación con los grupos de interés.
Uno de los temas centrales fue la ética en el uso de la Inteligencia Artificial (IA), asunto sobre el que se debatió ampliamente poniendo en valor la importancia de establecer marcos de gobernanza claros para evitar sesgos algorítmicos y asegurar la transparencia en la toma de decisiones automatizadas.
Los asistentes destacaron que la confianza es el principal activo reputacional y, por tanto, cualquier implementación de IA debe estar alineada con los valores y compromisos de responsabilidad social de la empresa.
En las distintas mesas redondas celebradas durante el evento, se puso especial énfasis en cómo la inteligencia artificial puede ayudar a monitorizar la conversación social, detectar tendencias emergentes y prevenir crisis potenciales. En este contexto, varias compañías compartieron casos de éxito en los que el uso de herramientas avanzadas de análisis de datos permitió anticipar situaciones de riesgo y adoptar medidas proactivas para proteger la imagen corporativa.
Asimismo, se abordó el papel de la IA en la personalización de la experiencia de los empleados y clientes, llegando a la conclusion de que las soluciones basadas en machine learning están permitiendo crear canales de comunicación más efectivos y adaptados a las necesidades y expectativas de cada público. Con todo, los ponentes subrayaron la importancia de mantener el toque humano, recordando que la tecnología debe complementar, no sustituir, la empatía y el liderazgo genuino.
La conferencia también sirvió para analizar los desafíos legales y regulatorios asociados a la Inteligencia Artificial, especialmente en lo relativo a la protección de datos y los derechos de los consumidores. En este sentido, se concluyó que la colaboración entre empresas, reguladores y sociedad civil es fundamental para establecer estándares éticos y normativos que acompañen el desarrollo tecnológico.
El evento se cerró con una llamada a la acción, emplazando a las empresas a invertir en formación y sensibilización para que la Inteligencia Artificial se convierta en un motor de innovación responsable y sostenible. Solo así, afirmaron los expertos, la reputación corporativa podrá fortalecerse en un contexto de transformación constante y creciente exigencia social.
