La llegada de la Inteligencia Artificial al entorno de la comunicación está provocando un cambio estructural que a muchos departamentos de comunicación de empresas e instituciones les esta cambiando el paso. De esta manera, según un informe de la Asociación de Directivos de Comunicación, más de 7 de cada 10 directivos de este ámbito en España, reconoce que aún no ha implementado una estrategia clara de uso de la IA.
Así las cosas, los departamentos de comunicación corporativa se enfrentan en estas fechas al doble objetivo de mantenerse al día tecnológicamente y preservar la autenticidad del relato de marca.
En este contexto, muchosdirectivos se preguntan estos días si los profesionales de la comunicación están preparados para gestionar la Inteligencia Artificial con criterio y eficacia, una cuestion que pone en evidencia el desfase entre un entusiasmo generalizado por la tecnología, y su aplicación práctica en el ámbito de la comunicación.
Se da la paradoja de que en numerosas ocasiones las decisiones sobre la implementación de la IA recaen en los departamentos de IT dejando al margen de las decisiones importantes a los responsables de comunicación, algo que viene a reducir su capacidad de liderazgo en este terreno.
Entre los retos a superar en este contexto destaca un exceso de herramientas que van esde asistentes de redacción hasta generadores de contenidos visuales, pasando por todo tipo de soluciones personalizadas para cualquier necesidad. Además, se vuelve muy importante establecer un marco ético y estratégico para orientar su uso.
Así las cosas, el informe de la organización recoge que algunos directores de comunicacion estarían reconociendo que se sienten sobrepasaados por esta situacion, que les exige ir un paso por delante, sin ser en muchas ocasiones capaces de entender lo que la IA puede aportar al negocio, perdiendo autoridad ante su equipo.
A esto habría que sumar la presión por mantener el liderazgo en un entorno orientado a las métricas, en el que la automatización a partir de la teconología promete resultados rápidos, aunque no siempre alineados con los objetivos reputacionales.
De esta manera, parece urgente y necesario que la función del director de comunicacion evolucione desde la ejecución pura y dura hacia la supervisión estratégica, es decir, se trataría de asegurar que el uso de la IA no comprometa la narrativa de la organización ni sus relaciones con los grupos de interés, consiguiendo que el criterio humano siga siendo esencial, en áreas sensibles como la comunicación de crisis, la diversidad o la sostenibilidad.
Por otra parte, la IA también está obligando a reorganizar los equipos profesionales, un ámbito en el que pierden fuelle los perfiles tradicionales en favor de profesionales que comprendan los algoritmos, interpreten los datos y saquen partido a los modelos de IA, sin perder la mirada crítica.
Esta reorganizacion exige inversión en formación, redefinición de roles y quizás también, un cambio de cultura interna, provocando una transformación no solo es tecnológica, sino también organizativa.