
Aunque la organización constata que "la libertad de prensa está garantizada en España", con su cuadragésimo sexta plaza en la clasificación mundial sitúa a nuestro país a la cola de los miembros de la Unión Europea, sólo por encima de Italia (49), Rumanía (50) y Bulgaria (68).
La llegada a la Presidencia estadounidense de Barack Obama en sustitución de su predecesor en el cargo, George Bush, ha permitido elevar a Estados Unidos al puesto vigésimo por la libertad de prensa en el mundo, tal y como lo atestiguan los datos de la clasificación presentada por esta ONG de la comunicación.
Además de este dato, la explicación de este listado correspondiente al año 2009 muestra la "evolución inquietante" de algunos países europeos; y como el Viejo Continente debe "demostrar ejemplaridad en materia de las libertades públicas" para así poder denunciar las violaciones en otras partes del mundo. Para ello, RSF cita explícitamente los casos de Francia (puesto 43), Italia (49) o Eslovaquia (44), que "año tras año" bajan en la lista.
La organización muestra su preocupación porque en Europa "la principal amenaza, más grave a largo plazo" son las nuevas legislaciones que "cuestionan el trabajo de los periodistas". Un ejemplo de ello está en Eslovaquia, donde se ha introducido un derecho automático de réplica y el ministro de Cultura ha aumentado "fuertemente" su influencia en las publicaciones.
Todos estos elementos han permitido que "jóvenes democracias" como Ghana en África, Uruguay, Trinidad y Tobago y Costa Rica en Latinoamérica, estén entre los 30 mejores.
Sin embargo, los catorce países que encabezan el ránking de la libertad de prensa son todos europeos, empezando por los escandinavos, pero también las tres repúblicas bálticas (Estonia, Lituania y Letonia), así como Irlanda, Holanda, Suiza, Bélgica, Malta y Austria.
Por su parte, en la cola del pelotón siguen desde hace años los del denominado por RSF "trío infernal": Turkmenistán, Corea del Norte y Eritrea. Tres países a cuyas puertas se ha situado Irán, que está justo por encima en el escalafón número 172 a causa del régimen de su presidente, Mahmud Ahmadineyad.