
Las empresas muestran síntomas de alarma cuando se empieza a debilitar su reputación corporativa, según las conclusiones de un estudio sobre la Reputación Corporativa elaborado por Burson-Marsteller y la Economist Intelligence Unit.
Según el informe, los cinco primeros síntomas de alarma identificados por los directivos de las grandes compañías son la moral baja entre los empleados; el hecho de que la política interna sea más importante que hacer bien el trabajo; el abandono de altos ejecutivos; el hecho de que la celebridad del primer ejecutivo prevalezca por encima de su credibilidad; y que los empleados consideren a los clientes como "una molestia".
El estudio detalla estos primeros síntomas de alarma como una "señal" a la que deberán estar atentos los directivos de las compañías. "Una sólida reputación no se forja de la noche a la mañana ni es fruto de la buena suerte", defendió Leslie Gaines-Ross, Directora internacional de Conocimiento e Investigación de Burson-Marsteller en la presentación del informe. "Una consolidada reputación es el resultado de una minuciosa planificación, nutrida y gestionada como cualquier otro activo fundamental", añadió.
Por otra parte, el estudio aporta "recetas" para remediar este "mal empresarial" y mejorar las prácticas para "erradicar" las amenazas que acechan la reputación. Por ejemplo, para evitar que los directivos abandonen la empresa, las compañías pueden mantener una coherencia en su liderazgo, actualizando con frecuencia los planes de sucesión.