Terremoto en el departamento de comunicación de Iberdrola

Poco a poco se van conociendo más datos sobre la sorprendente e impactante reestructuración del departamento de comunicación de Iberdrola, que de un día para otro ha dado la vuelta a su estrategia de comunicación con la fulgurante salida de Juan Llobell como director de comunicación y su sustitución por parte de Susana Sanjuán, tal y como informábamos ayer.

El caso es que si ayer avanzábamos que la compañía energética había optado por afrontar esta revolución fundamentalmente por dos motivos: las insoportables tensiones existentes entre Sanjuán y Llobell por una parte, y por otra, retomar el liderazgo en materia de comunicación tras algunos fiascos informativos... hoy hemos sabido por fuentes internas de la compañía, que el principal desencadenante de la crisis estuvo marcada por la comunicación de la contratación del ex director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) Félix Sanz Roldán, que en vez de mejorar la reputación de la compañía, acabó siendo asociado con el ínclito Villarejo, lo que provocó un enfado sin precedentes del presidente José Ignacio Sánchez Galán, que acabó pidiendo cabezas.

Esta situación ha acabado provocando el despido, sin precedentes, de hasta el momento 12 integrantes del departamento de comunicación, en lugar de los nueve anunciados ayer, a los que el departamento de Recursos Humanos fue llamando uno tras otro para anunciarles su destitución, tras lo que habrían sido acompañados hasta la salida por un guardia de seguridad sin darles ni siquiera opción a recoger sus cosas. Además, según las fuentes internas consultadas por espaciodircom.com se esperan más salidas en los próximos días.

Lo que poca gente entiende dentro de la compañía es el motivo por el que las cosas han llegado a este extremo, pero sobre todo, porqué se lleva a cabo una purga de los cuadros técnicos del departamento, mientras que su máximo responsable, Ignacio Cuenca, director de comunicación y relaciones con los inversores, no se ha visto afectado por el asunto.

De hecho, ya están empezando a alzarse voces dentro de la compañía que reclaman la salida de Cuenca como máximo responsable de todo el fiasco, al tiempo que fuentes internas apuntan a que Sánchez Galán le habría encargado a Luis Abril, el perejil de todas las crisis de comunicación en las grandes empresas patrias, que peine el mercado en busca de un posible sustituto, ante la deriva de los acontecimientos.

En cualquier caso, con toda esta situación se han incrementado las voces que ya venían reclamando cambios en el aparato de comunicación de la compañía con el objetivo de poner en marcha un nuevo esquema organizativo y un nuevo funcionamiento que fomente la coordinación entre el departamento de comunicación y la dirección, una de las asignaturas pendientes en la empresa.

De cualquier manera, seguiremos atentos a las novedades en el área de comunicación de esta compañia energética, a la que le está costando rentabilizar desde el punto de vista comunicativo la consecución de una buena gestión, con unos buenos resultados económicos incluidos, con un benefico del 12 %, y todo ello a pesar del impacto de la pandemia.

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