Más de un siglo después de su fundación, la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) se ha visto obligada a volver a sus orígenes, forzada por la crisis y arrastrada por el derrumbe de los diarios y de los medios en general que ha convertido al sector de los periodistas en uno de los más azotados y en mayores apuros.
La oranización, que preside en la actualidad la periodista de La Vanguardia Carmen del Riego, ha visto multiplicarse considerablemente en los últimos tiempos las solicitudes de ayuda por parte de compañeros de profesión asociados y con serios problemas, lo que les ha obligado a retomar la labor asistencial que tenía como propósito cuando nació en 1895.
De hecho, la Asociación viene prestando este tipo de labores asistenciales desde su mismo origen. A los cinco meses de su fundación, ya se constituyó el primer servicio médico y de farmacia gratuito, con la colaboración de seis doctores y cuatro farmacias. Atendía entonces a unos 200 periodistas. Y para sufragar los costes, cada vez más altos, de este tipo de prestación, la APM fue organizando variadas actividades para recaudar fondos como musicales, veladas teatrales o la histórica corrida de la prensa, en la feria de San Isidro.
En pleno siglo XXI, las cosas no han cambiado tanto. Fuentes de la institución reconocen a este diario que, en los últimos años, la demanda de ayuda por parte de los asociados ha ido creciendo y, en muchos casos, la APM ha tenido que salir al rescate de situaciones en las que periodistas en paro que han solicitado ayudas para pagar el alquiler u otras necesidades básicas.
Se trata de casos muy concretos que se valoran de forma personalizada, pues la caída de ingresos que también ha experimentado la institución no permite crear algo semejante a un fondo de rescate. La APM también sufre la crisis y algunos de sus inquilinos del Palacio de la Prensa de Callao le han pedido renegociar a la baja el contrato de alquiler.
En ese contexto, la Junta Directiva de la APM ha tenido que empezar a reconsiderar todas sus partidas para ajustar los gastos. Así, se han recortado las ayudas que se entregaban, por ejemplo, por el fallecimiento de un asociado para cubrir los costes del sepelio. Una ayuda que también se remonta a los orígenes de la institución y que se creó en su día porque muchos periodistas morían sin poder hacerse cargo siquiera de los costes de su entierro.
La APM ha atendido solicitudes de socios (en torno a 8.000) para que se permita la exención de las cuotas durante varios trimestres o, en algunos casos, hasta durante un año. También se ha recortado en 14.000 euros la cantidad que se utilizaba para comprar entradas de la corrida de la prensa y que la asociación usaba para invitar a las empresas que colaboran con el Programa Primer Empleo y otros amigos o colaboradores de la institución.
