El Club Internacional de Prensa ha entregado sus premios en un acto en el que Ana Botella y el ministro Wert, fueron los grandes ausentes, ya que se habían comprometido a participar en la ceremonía y finalmente no acudieron.
Cuenta Periodista Digital que la entrega de los Premios del Club Internacional de Prensa se podría resumir en la siguiente frase: Los periodistas critican al PP y los políticos del PP hacen la pelota a los periodistas.
Hubo varias estrellas en el evento. Al hablar en nombre de todos los galardonados, una de ellas fue el veterano Ramón Lobo, uno de los afectados por el reciente ERE de El País. Otra de ellas, que se esforzó mucho por serlo, fue la presentadora del acto. Helena Resano, al más puro estilo Ana Pastor, no se conformaba con ser una simple maestra de ceremonias, y sus intervenciones eran discursos por si mismas.
Pero, sin duda alguna, el protagonismo absoluto recayó en la revista Mongolia, aunque ninguno de sus representantes se pusiera delante de un micrófono: todo fueron elogios a la publicación satírica. Lobo comenzó su intervención diciendo que eran los responsables de ese medio quienes tal vez deberían haber intervenido en nombre de los premiados. Y hasta el presidente del pleno del Ayuntamiento de Madrid, el popular Ángel Garrido, dijo que tras escuchar al veterano periodista él también hubiera preferido que fueran los de Mongolia quienes hablaran en su lugar.
Por su parte, Jesús Posada agradeció la capacidad de autocrítica de los periodistas que mostró la presidenta del Club Internacional de Prensa, Carmen Enríquez. Una autocrítica que otros, tal vez más escépticos con la profesión que ejercen, no pudieron ver.
Carmen Enríquez hizo críticas al sector periodístico, pero nunca a los periodistas. Sus dardos se dirigieron tan sólo a las empresas, de las que criticó que algunas busquen periodistas que trabajen gratis y que otras pongan el espectáculo por encima de la noticia. Destacó también Enríquez que los periodistas no deben estar al servicio del poder.
Ramón Lobo sí tuvo críticas para todos. Se permitió bromear diciendo que tal vez Wert no había acudido por estar con su hermano, ese que protesta contra él. Tuvo guiños hacia las protestas de profesores y de la Sanidad, pero también hizo fuertes críticas a los propios periodistas: "Nos hemos acomodado en los coches oficiales, y hemos dejado de mancharnos los zapatos de polvo, de salir a la calle, hacemos periodismo de corbata para gente que lleva corbatas, y nuestro trabajo es tocarle las narices al poder".